El pasado 16 de Junio tres grandes empresas del sector TIC, Alten, Getronics y DXC, con 8.000 compañeros y compañeras en sus plantillas, convocaron una jornada de huelga y de concentraciones en Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valladolid.
El motivo, la congelación salarial ante una subida del IPC que alcanza el 15.1% desde enero 2020, y un incremento exponencial de los beneficios empresariales. Este incremento del IPC equivale a 55 días de salario, es decir, casi dos meses de trabajo sin cobrar.
Todo esto agravado por un Convenio Colectivo vergonzante firmado por UGT y CCOO, con una actualización a la baja de las ya de por sí tristes tablas salariales, actualización, que en el 99% de los casos no supondrá cobrar ni un euro más a fin de mes, ya que este “magnífico” convenio permite que dicha actualización sea absorbida.
Tras el éxito de la convocatoria y si las direcciones de las empresas no ponen solución al problema planteado, se prevé establecer un calendario de huelgas para después del verano, al cual la Sección Sindical de CGT de Tecnilógica ha manifestado su total predisposición a la adhesión.
No hay que subestimar la importancia de las funciones que realizamos y la repercusión que tendría una huelga masiva en nuestro sector. Aunque somos trabajadores invisibles, somos los encargados de que el engranaje de esta sociedad informatizada hasta la médula funcione, formamos parte de la plantilla de numerosas empresas estratégicas de sectores energéticos, bancarios y servicios que orbitan en el día a día de nuestra vida.
El problema planteado no presenta ninguna novedad con respecto a la situación sufrida por la totalidad de la clase trabajadora, que observa impasible, cual vaca que ve pasar un tren, sin mover un solo dedo para revertir la situación.
Mientras los sindicatos mayoritarios, apoyados por los medios de comunicación de masas, anestesian a esta aborregada sociedad y tras amenazar con un otoño de luchas y conflicto, que fraguo en un ridículo acuerdo no vinculante de actualizaciones de salarios muy por debajo del IPC, se echan a dormir hasta ver si un cambio de gobierno les hace desperezarse.
Ha llegado la hora de plantarse y de decir BASTA, con organización y lucha se puede conseguir.
