Utopía, este concepto aparece con la novela “Utopía” de Tomás Moro, creador del término. Ésta novela de 1516 proponía una jornada laboral de 6 horas en una época en la cual estaba instaurada la esclavitud. Hoy se habla de la Jornada Laboral de 4 días semanales y de Renta Básica Universal asociando estas ideas al término de locura utópica

La columna vertebral de las novelas utópicas de todos los rasgos ideológicos, conservadores y progresistas, tienen un hilo conductor, una columna vertebral que dicta que el trabajo es una especie de castigo que toda sociedad avanzada debería reducir e incluso eliminar. Aunque la utopía parte de un género literario, todas las ideologías políticas han partido de ensayos utópicos y han intentado llevar a la práctica lo que se proponían en estos ensayos. Un claro ejemplo de esto es la lucha obrera por los 3 ochos, que surgió tras un escrito de Robert Owen a mediados del siglo XIX que proponía 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de ocio. Los periódicos de la época tildaron de una auténtica locura estas ideas, era imposible que una fábrica funcionara con jornadas de 8 horas para sus trabajadores en un mundo laboral con jornadas de 16 horas donde se consideraba que el trabajo infantil era necesario para el crecimiento de los niños. 

El movimiento obrero europeo empezó todos los primeros de año a reivindicar los 3 ochos, lo reivindicó contra la opinión dominante de que era una idea peligrosa, infantil, y completamente ilusoria. En España, tras la huelga de la Canadiense liderado por la CNT en 1919, se estableció la jornada laboral de 8 horas y 48 horas semanales. En 1999 se aprobó la jornada máxima de 40 horas semanales.

La ideas utópicas también se cumplen y se hacen realidad, aparecen en la historia antes de tiempo, antes de que existan las condiciones contextuales necesarias para que se pongan en práctica, provocan escándalo no sólo con la opinión en contra de las élites y el poder de las oligarquías económicas sino también en contra de la opinión de todos los estratos sociales, porque vulneran el sentido común de la época, pero con insistencia y al final tras muchos años de lucha acaban cumpliéndose. 

El debate de la jornada de 32 horas semanales está sobre la mesa, la Renta Básica Universal en la recamara como el siguiente paso, son los 3 ochos del Siglo XXI. Las reivindicaciones de los trabajadores apoyados por los procesos de automatización tecnológica, el incremento de la productividad y las tasas de desempleo crecientes harán que mucho antes de lo que pensamos el propio sistema proponga y acepte estas ideas que hoy en día son tildadas de peligrosas utopías y si no, al tiempo. Maravillosas utopías que hacen avanzar al mundo.